domingo, 20 de mayo de 2012

Cazarecompensas


Los cazarrecompensas en la galaxia son una fuerza policial mercenaria especializada en capturar o matar a cualquier persona cuya cabeza tenga un precio. Habitualmente, responden a una recompensa abierta ofrecida por un gobierno autorizado para ello. En principio, cualquier cazarrecompensas con un permiso de cazarrecompensas puede presentarse en un centro policial del gobierno con un fugitivo por el que se ofrezca una recompensa, sin que el centro policial sepa que ese cazarrecompensas estaba rastreando a ese fugitivo.

Dentro del Imperio Galáctico, las credenciales para los cazarrecompensas se denominan IPKC , siglas que corresponden a Imperial Peace-Keeping Certificate que podemos traducir como Certificado Imperial de Mantenimiento de la Paz.
Un IPKC a la espera de dueño

Un IPKC
El IPKC incluye, aparte de los datos del cazador (Nombre completo, especie, fecha de nacimiento, mundo natal, etc...) las licencias oportunas del oficio, así como una muestra de su código genético y un escaneo de retina. De este modo el IPKC es totalmente personal e intransferible.
 
El Imperio considera no obstante de forma generalizada que el oficio es contrario a los valores castrenses, y soldados y oficiales de todo tipo, tienden a considerar indigna la profesión, y a preferirla alejada de ellos. La Alianza Rebelde, a su vez, suele rechazar el trato con cazarrecompensas por cuestiones morales y de imagen (y además encuentran sus precios habitualmente altos).
 
En ocasiones, los gobiernos hacen públicas recompensas que no exigen un permiso para ser recogidas. Por ejemplo, en periodos de plaga, el gobierno de Tatooine ofreció una pequeña recompensa por cada cadáver de rata womp que se llevase a la oficina de recogida de recompensas. No era preciso un permiso para recoger este premio, pero se trata de "cacerias" de bajo calibre, llamamientos a la acción ciudadana, mas que auténticas cazas.

Los cazarrecompensas suelen estar bien armados y ser peligrosos. Peor aún, la capacidad de encontrar a una presa en una galaxia enorme sugiere también una cierta preparación intelectual y recursos. Por supuesto, como en todos los campos profesionales, existe un cierto nivel de intrusismo y muchos novatos sin talento intentan hacerse ricos rápidamente cazando recompensas.

Un cazarrecompensas suele trabajar en solitario, aunque a veces se forman equipos pequeños. Los cazarrecompensas tienen reputación de valorar el beneficio propio por encima del beneficio de sus asociados. Existe, sin embargo, un Código de cazarrecompensas que les obliga a "jugar limpio" entre ellos cuando se compite por la misma presa. Pese a que el Código es más una pauta de comportamiento que una norma estricta, es muy raro que se rompa.

Como cualquier profesional, los cazarrecompensas se asocian para proteger sus intereses. Es frecuente que existan Gremios que cubran una u otra parte de la galaxia. Sin embargo, los Gremios suelen tener luchas internas y adolecer de faltas de cooperación.

El cliente normalmente contrata al Gremio en vez de contactar con el cazarrecompensas. En principio, el Gremio asignará el trabajo a un cazarrecompensas u otro. El cliente, en ciertas ocasiones, puede solicitar a un cazarrecompensas concreto por algún motivo si lo desea, aunque esto puede suponer un incremento en las tasas.

Otros cazarrecompensas eligen no trabajar para un Gremio, pero tampoco suelen encargarse de todo el papeleo de su trabajo. Algunos cazarrecompensas comparte un representante, una persona que hace los negocios con el cliente y asigna uno u otro cazarrecompensas a cada trabajo, dependiendo de la dificultad. Esto es especialmente frecuente en los contratos ilegales.

Muy poca gente tiene los contactos y recursos adecuados para contratar directamente a un cazarrecompensas; normalmente, estas personas son intermediarios que tienen tratos con los cazarrecompensas, o jefes criminales.
 
EL LADO OSCURO DE LA LEY

En algunas ocasiones, los cazarrecompensas persiguen recompensas ilegales, no ofrecidas por el gobierno. Un particular podría desear mal a otro individuo, y poner una recompensa por su cabeza para ponerle en aprietos. Estos contratos son totalmente ilegales y no se diferencian del trabajo de un sicario o un asesino profesional. Tampoco exigen un permiso de cazarrecompensas, aunque habitualmente la reputación de un cazarrecompensas puede ser útil. Dependiendo de la situación, estos contratos podrían ser abiertos a cualquiera que quiera perseguirlo, o un acuerdo cerrado entre el cliente y el cazarrecompensas.


EL FIN DE UN NEGOCIO

Durante el segundo año tras la Batalla de Yavin, el gremio de cazarrecompensas desapareció, siendo de hecho, ilegalizado.

No queda claro que motivó esta temporada de matanzas internas, si es que hubo alguna motivación concreta. Canallas en los bajos fondos esparcen el rumor según el cual el gremio no contaba con la aprobación del Emperador, quien lanzó a algunos profesionales contra el resto de forma estratégica, hasta lograr una guerra interna en el negocio. Otras fuente dejan al Emperador al margen de estas luchas internas. Hay quienes aseguran que el infame Boba Fett (Cazarrecompensas de renombre en toda la galaxia, pero de oscuros orígenes) tuvo mucho que ver con estas guerras, y que se cobró buena parte de las bajas de sus compañeros.

Sea como fuere, muchos cazarrecompensas perdieron la vida en estos enfrentamientos internos, pero más allá de cuantos murieron o que inició la purga interna, los gremios de profesionales fueron declarados ilegales, y los muchos profesionales supervivientes se encontraron con que el lado ilegal de su negocio era el único que les quedaba. Las comunicaciones que los profesionales usaban a través de la HoloRed se vieron suspendidas cuando el Imperio decretó ilegal el oficio, otras bases de datos fueron borradas en la purga informática que llevó a cabo el Imperio, y soldados de asalto comenzaron a peinar los lugares en los bajos fondos donde se sabía que se solían hacer negocios, con la intención de desalentar a los contratantes (si no a los propios cazarrecompensas).

Después de las guerra de los cazarrecompensas, el oficio quedó realmente reducido a un grupo de sicarios fuera de la ley, convertiéndose finalmente en la imagen que la galaxia llevaba mucho tiempo teniendo de ellos.