lunes, 21 de octubre de 2013

Hoth: Victoria pírrica

«Mis hombres y yo pasamos largas y arduas horas estableciendo las defensas perimetrales, preparando lo que podíamos para el caso de que nos encontraran. Entonces esta mañana el capitán Solo hizo chatarra a un droide sonda Imperial que se deslizó por nuestros sensores de proximidad… sabíamos que venían y estábamos listos para ellos» ―Cabo Jobin Mothma a Voren Na´al

Cuando el Capitán Solo destruyo esa sonda, el General Rieekan lo vió muy claro; evacuar era prioritario. Durante horas se inició la carga de los transportes y la desmantelación de la base Echo. Muchos tendrían que dar la vida para que el cuartel general sobreviviese. La guerra había llegado a Hoth.

«Preparesé para que nuestras tropas aterricen detrás de su campo de energía, y luego despliegue la flota para que nada ni nadie salga del sistema. Ahora está ustéd al mando, Almirante Piett.»
―Lord Vader a Firmus Piett
Horas después, la flota de Lord Vader salía del hiperespacio al alcance de los sensores rebeldes, indicando a Echo su número y posición, en lugar de intentar un primer golpe mas discreto antes de que los rebeldes tuviesen ocasión de levantar su (temporal) escudo protector.

Mientras las fuerzas de tierra desembarcaban para destruir el (ahora activado) generador que protegía Echo del bombardeo orbital, los transportes despegaron para intentar romper el bloqueo imperial protegidos por el v-150 de Kuat que protegía Echo, 2 cazas de escolta por transporte, y una nube de cazas que debía enfrentarse y mantener ocupado el bloqueo y a sus cazas de retén.

Mientras el combate estallaba fuera de la órbita, cazas TIE atacaban directamente el generador de escudos, protegido por otro enjambre de cazas, mientras las tropas de tierra esperaban varias horas a que se iniciase el combate de tierra. Hubo varios frentes en la batalla, además del espacial.



Las lanzaderas Titán imperiales aterrizaron en la morrera del glaciar Morsh y otras localizaciones, divididos para atacar Echo desde los 4 puntos cardinales; el flanco norte, por el que entró el ataque pesado de la tropa Ventisca logrando destruir el generador, el sur, este y oeste, desde donde covergieron otras fuerzas Imperiales para aprovechar su superioridad numerica obligando a los rebeldes a dividirse (so pena de dejarles un flanco abierto). Atravesando el Valle Kerane, al este de Echo, el imperio perdió tres andadores por lo traicionero del terreno antes incluso de comenzar la batalla. Las fuerzas imperiales tuvieron que abrirse paso a través de artillería, deslizadores aéreos, trincheras, e incluso una muralla defensiva para llegar hasta la base, mientras los transportes rebeldes despegaban intentando burlar el bloqueo.


En las horas previas al contacto, únidades rápidas fueron enviadas por el imperio para intentar atravesar un paso del glaciar Morsh en las montañas, con la intención de entrar al perimetro defensivo evitando buena parte de las defensas de artillería. Este cañón fue defendido por los comandos especiales de Madine.

En la batalla espacial, el Escuadrón Pícaro se mantuvo en liza contra el bloqueo y el enjambre de cazas (incluyendo algunos modelos nuevos de TIE como el interceptor) hasta que la fueza Ventisca llegó al flanco norte, momento en el que aterrizaron para rápidamente cambiar a deslizadores y despegar contra los AT-AT mientras se preparaban sus cazas con droides preparados para saltar al punto de reunión.

«¡Las tropas imperiales han entrado en la base! ¡Las tropas imp...» ― Cabo Jobin Mothma
Lamentablemente el generador fue destruido, y Lord Vader encabezó un descenso a Echo mientras la montaña era bombardeada por el Firewind. Lord Vader llegó justo a tiempo de ver como el Halcón Milenario escapaba en el último momento, una vez los principales mandos habían evacuado (o muerto luchando, o intentando evacuar). Casi como una especie de broma del destino, una última argucia del viejo droide protocolario de la Princesa Organa (retirar la señal de aviso de una sala donde días antes se habían encerrado a unos wampas que entraron en los túneles inferiores de Echo) fue la causa de que unos pocos soldados de asalto fueran descuartizados salvajemente al dejar libres a las bestias.

La batalla espacial fué el frente mas cruento, y causó que los Rebeldes no dispusiesen de apoyo aéreo para la batalla de tierra, mas que en forma de deslizadores aéreos adaptados al clima.
El v-150 logró mantener un pasillo de salida para los transportes, que pudo ser mantenido gracias a decenas de pilotos rebeldes que se encargaron de derribar a los TIE que pretendieron invadirlo.


Pese al gran esfuerzo para asegurar este pasillo de salida, solo 17 transportes GR-75 y 6 transportes Kleeque lograron saltar al hiperespacio y escapar. La pérdida de materiales y de personal que sufrieron los rebeldes fue espectacular. Muchos cazas, y algún que otro transporte menor lograron también evacuar, como por ejemplo el Halcón Milenario del Capitán Solo, que arrastró el bloqueo practicamente tras él debido a intereses personales de Lord Vader en apresarlo.


Durante la batalla, soldados de gravedad cero asaltaron alguna nave rebelde, pretendiendo tomar su computador de vuelo para localizar su destino, con la esperanza de esperarles a su llegada, o atacarles a la mayor brevedad posible, pero las precauciones rebeldes preveyendo esto aseguraron la huída. Ningún computador de vuelo tenían destinos almacenados, y si había alguno, se trataba de pistas pensadas para hacer creer a la inteligencia Imperial que podía ser realmente su destino. En general, diversos droides clave fueron modificados con circuitos de astrogación, y programados para que calculasen en el momento la ruta de vuelo sin siquiera tenerla ellos almacenada. Sus ordenes eran limpiar su memoria en caso de verse comprometidos. Naturalmente, los cruceros asaltados, no aportaron al imperio mas que computadores de vuelo limpios, y droides sin coordenadas en su memoría... ni recuerdos, ni de haber recibido orden de calcular una ruta a ningún punto, ni cualquier otro. Se atribuye a Madine esta idea.


En tierra, las fuerzas que no alcazaron los transportes quedaron condenadas, plantando resistencia a los Imperiales hasta sus últimos momentos.
La dotación del v-150 fue la última en intentar evacuar, preparando una trampa de detonación para cuando las tropas imperiales entrasen al cañón de iones. La dotación del v-150, como otras unidades, quedaron abandonadas en el páramo helado y fueron capturadas o abatidas por los Imperiales. Un tercio de los rebeldes murieron en la batalla, otro tercio fue capturado y llevado a Bakura o usado en exprimentación de armas biologicas, y finalmente solo hubo un tercio de supervivientes al que será recordado como el infierno blanco.

La limpieza de bolsas de resistencia por los corredores de Echo y la zona aledaña se prolongó mientre el escuadrón de Lord Vader se desviaba a perseguir al Halcón Milenario, pero finalmente la superioridad Imperial se impuso. Las últimas bolsas de resistencia todavía luchaban cuando llegaron los refuerzos Imperiales para poner cerco total al planeta.
Si la Flota Rebelde fue alertada de lo que ocurria, en las horas que transcurrieron desde la destrucción del droide sonda, hasta la caída de Echo, ningún crucero llegó para prestar apoyo en la contienda.


En retrospectiva, Hoth fue una victoria pírrica para la Alianza, ya que en escaparon por segunda vez al ataque a su cuartel general (con mucho menor éxito que en Yavin-4). Sin duda a pesar del duro golpe para la Alianza, fue una derrota para el Imperio, que a pesar de su superioridad no pudo dar el golpe de gracia al Alto Mando por segunda vez cuando lo tenía bajo el puño de Lord Vader, y a pesar de desplegar armamento de nueva generación y tropas de élite en la batalla.